La crisis COVID-19 afectó especial y gravemente al turismo a nivel mundial, provocando una crisis económica que se preveía que tendría un largo periodo de recuperación, especialmente en Europa, ya que el turismo era uno de los pilares de la economía europea. Como respuesta, toda la industria turística tuvo que adaptarse a los nuevos protocolos sanitarios para ofrecer destinos, servicios y experiencias seguros para los turistas, de modo que el sector turístico cumpliera con estos requisitos.

Al mismo tiempo, esta crisis aceleró la digitalización del sector turístico, ya que las PYME turísticas tuvieron que adoptar su transformación digital y mejorar las competencias digitales de sus trabajadores para aumentar su resiliencia y competitividad.

Por último, dado que el turismo tenía una de las tasas de movilidad laboral más altas de toda Europa, fue importante establecer programas de formación transnacionales para homogeneizar las competencias digitales y los protocolos de seguridad de los trabajadores del turismo en toda Europa. Para ello, el proyecto MINDS se centró en 2 países (España y República Checa), diseñando y aplicando programas de formación para trabajadores del sector turístico en toda Europa.